La película “El abrazo de la serpiente” de Ciro Guerra ofrece una representación multifacética de la colonialidad del poder, concepto desarrollado por Aníbal Quijano, a través de su narrativa y elementos cinematográficos. En el ámbito del conocimiento y la subjetividad, la película desafía la perspectiva eurocéntrica al presentar a Karamakate como un interlocutor activo y coetáneo, subvirtiendo la noción colonial del indígena como un ser “atrasado”. Esta representación compleja de la sabiduría indígena y la lucha por recuperar el conocimiento ancestral simboliza la resistencia contra la imposición de narrativas externas. En cuanto al racismo, género y sexualidad, la obra critica la organización racial del trabajo y la explotación de los pueblos amazónicos, evidenciando cómo el racismo ha sido una herramienta de dominación en el contexto del capitalismo colonial. La representación de personajes indígenas por actores indígenas desafía los estereotipos raciales, aunque la invisibilización de las mujeres indígenas refleja las jerarquías de género inherentes a la colonialidad.
En el aspecto económico, la explotación del caucho y la búsqueda del yakruna sirven como metáforas de la mercantilización de la naturaleza y las comunidades indígenas bajo el sistema capitalista colonial, ilustrando cómo la lógica extractivista persiste en formas modernas. Finalmente, en cuanto a la autoridad, la película cuestiona las estructuras de poder colonial al presentar a los nativos como agentes activos en el diálogo intercultural, no como objetos pasivos. Las escenas donde los personajes occidentales son retratados en situaciones de vulnerabilidad sirven como crítica a la hegemonía cultural occidental. En conjunto, “El abrazo de la serpiente” no solo ilustra las múltiples dimensiones de la colonialidad del poder, sino que también ofrece una visión decolonial al subvertir las narrativas tradicionales y dar voz a perspectivas indígenas generalmente marginadas.
by Chintya Benavides