El abrazo de la serpiente

Un conflicto fundamental entre dos sistemas de conocimiento se representa en El abrazo de la serpiente, cuando Karamakate y los científicos extranjeros, Theo y Evan, buscan la planta sagrada yakruna. En una escena, inicialmente, Karamakate rechaza la oferta de dinero de Evan por la planta sagrada, lo que refleja su desdén por los valores materialistas de los colonizadores. Su negativa resalta su conexión más profunda con el significado espiritual y cultural de la planta yakruna, en marcado contraste con los motivos utilitaristas de Evan (14:17). Aparte, esa noche Karamakate lloró diciendo que se le había olvidado hacer mambe y Evan a lado escuchaba. La insistencia de Evan en encontrar la planta sagrada revela la imposición del conocimiento occidental sobre el saber indígena. Karamakate, al final, se da cuenta de cómo la presencia de los colonizadores y su influencia han impactado su propia identidad y prácticas, como se muestra cuando llora por haber olvidado cómo hacer mambe (18:42).

Otra escena que pinta la colonialidad de poder es cuando el joven viajero de Karamakate llegó al pequeño asentamiento de La Chorrera, donde a los huérfanos no se les permitía hablar nada más que español. Cada día, el religioso de este pequeño pueblo educa a los huérfanos sobre la doctrina cristiana y la importancia de “salvar las almas de los niños”, un concepto que él percibe como un proceso de occidentalización forzada. Y comenzó a enseñarles los conocimientos que deberían haber aprendido, cómo la naturaleza (59:33). Esta escena nos revela que el colonialismo no sólo impone un sistema económico y político, sino también un control cultural y educativo que desarraiga a las comunidades indígenas de sus propias lenguas, creencias y prácticas. 

En general, esta película ha logrado entrelazar muy bien los dos viajes del joven Karamakate y el del anciano. Con el paso del tiempo, podemos ver la influencia de la occidentalización en el Karamakate y la indicación que hay detrás de ello: todos los nativos indígenos. Fue muy sentimental para mí cuando Karamakate dijo que había olvidado muchas cosas sobre su cultura y cómo hacer un plato de mambe. Me hizo pensar profundamente en cómo la hegemonía reprime a los menos poderosos.

Escrito por Kellyse Chen Zheng

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