El Futuro Perfecto

“El futuro perfecto” es una película dirigida por Nele Wohlatz, una cineasta alemana radicada en Argentina. Estrenada en 2016, esta obra mezcla elementos de drama y coming-of-age para contar la historia de Xiaobin, una joven inmigrante china de 17 años que llega a Buenos Aires.
La trama sigue a Xiaobin mientras aprende español y se adapta a su nueva vida en Argentina. A través de su experiencia, la película explora temas profundos como la identidad, la adaptación cultural y los desafíos de aprender un nuevo idioma en un entorno desconocido.
Wohlatz emplea un estilo único que fusiona elementos documentales con ficción, utilizando un enfoque minimalista que a menudo incorpora toques de humor. La película se destaca por su innovadora estructura narrativa, jugando con el tiempo y las posibilidades al mostrar diferentes versiones del “futuro” de Xiaobin basadas en su dominio del español.
“El futuro perfecto” aborda de manera original la experiencia del inmigrante, explorando cómo el lenguaje moldea nuestra percepción y experiencia del mundo, y cómo afecta nuestras posibilidades de futuro. Esta aproximación creativa le valió reconocimiento en varios festivales de cine, incluyendo el premio a la Mejor Ópera Prima en el Festival de Locarno.
A través de la historia de Xiaobin, Wohlatz ofrece una mirada única y reflexiva sobre los desafíos y las posibilidades que surgen al navegar entre culturas e idiomas.
La cámara en “El futuro perfecto” de Nele Wohlatz observa a Xiaobin y su entorno de una manera que refleja y amplifica la experiencia de migración y extrañamiento de la protagonista. La mirada de la cámara hacia Xiaobin es predominantemente distante y observacional. Esto crea un paralelo visual con la sensación de desarraigo que experimenta Xiaobin. La cámara a menudo la encuadra en planos amplios, ubicándola como una figura pequeña dentro de espacios más grandes, lo que enfatiza su sensación de estar fuera de lugar en este nuevo entorno.
En cuanto a los espacios que Xiaobin habita, la cámara los presenta de manera que acentúa su cualidad de extrañeza y novedad. Los encuadres suelen ser estáticos y cuidadosamente compuestos, permitiendo que el espectador observe estos espacios como lo haría Xiaobin: con una mezcla de curiosidad y desconcierto. Esta técnica visual ayuda a transmitir la sensación de estar navegando un mundo nuevo y a veces desconcertante.

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