Author Archives: Raul Flecha Villasboa

Wiñaypacha

La película Wiñaypacha, dirigida por Óscar Catacora, narra la vida de una pareja de ancianos que viven aislados en un remoto lugar de los Andes peruanos. A lo largo de la obra, los protagonistas se enfrentan a la soledad, el desgaste físico y la angustia de no saber si volverán a ver a su hijo. La narrativa explora temas como la vejez, las tradiciones culturales y deja entrever algunas reflexiones sobre el colonialismo.

Este tipo de cine es diferente al cine convencional o “masivo”. En el cine masivo, se suele condensar el tiempo para enfocarse en momentos clave, evitando que la trama se perciba “aburrida” o “lenta”. Sin embargo, en Wiñaypacha, no se busca eliminar lo cotidiano del día a día. Las tomas largas y carencia de cortes intencionadas muestran cada actividad en detalle, destacando la importancia de conocer a los personajes y de comprender cómo perciben el tiempo: lo lento y pausado que puede llegar a ser. A mi parecer, esta decisión cinematográfica, combinada con las imágenes de los abuelos, señala cómo se percibe la vejez, generando empatía hacia los protagonistas.

Gran parte de la película está rodada con planos generales, lo que significa que no se centra en una reacción o diálogo específico, como ocurre en los primeros planos. Los planos generales nos brindan la sensación de estar en el mismo espacio que los protagonistas y ver “todo” al mismo tiempo, lo cual se vuelve crucial. Como espectadores, somos testigos constantes del entorno y de la historia que se desarrolla en la misma, lo que nos hace sentir como observadores pasivos dentro del mismo lugar.

En el ensayo “La descolonización no es una metáfora”, de Eve Tuck y K. Wayne Yang, se menciona cómo en el colonialismo de asentamiento “se sepultan las relaciones epistemológicas, ontológicas y cosmológicas con la tierra, convirtiéndolas en premodernas y retrógradas, salvajizadas.” Esta idea va de la mano con lo que discutimos en clase sobre cómo “lo europeo es universal y lo demás es solo local”. Esto se refleja en escenas de la película, como cuando Phaxsi menciona que su hijo siente vergüenza de hablar aymara, evidenciando la creencia de que existe una lengua o estilo de vida superior por ser europeo. Hablar aymara se percibe como retrogrado, “salvaje”.

La película además refleja la resiliencia, el amor y el respeto mutuo entre la pareja. Esta obra nos inspira a ser más sensibles con los demás, a no dar por sentado muchos aspectos de la vida, y nos llama a cuidar y respetar a nuestros ancianos.

El abrazo de la serpiente

El abrazo de la serpiente, es una película que explora las profundidades de las amazonas y la relación entre las culturas indígenas y la civilización occidental. Entre guerras y belleza natural, este filme aborda temas filosóficos, sociales y ecológicos. La película plantea una crítica a la colonización, la explotación de los recursos naturales y la pérdida del conocimiento ancestral.

Un ejemplo claro de esta supuesta pérdida de conocimientos ancestrales se evidencia en una escena clave en la que el grupo de viajeros (Karamakate, Manduca y Theo) llega a un asentamiento indígena para pasar la noche (27:49). Al día siguiente, Theo se da cuenta de que su brújula ha desaparecido. Supone que alguien de la tribu la ha tomado, lo que le provoca una gran indignación. Sin pruebas concretas, acusa a uno de los adolescentes indígenas que se ríe de la situación. Tras una breve discusión, descubren que quien tenía la brújula era el líder de la tribu. Theo se ve obligado a dejar el lugar sin recuperarla. Él justifica su reacción afirmando que “no puede dejar una brújula en ese lugar”, argumentando que “sus sistemas de orientación se basan en el viento y las estrellas, si aprenden a usar la brújula, ese conocimiento se perderá”. Esta actitud sugiere que el aprendizaje de algo nuevo es un privilegio reservado para ciertas personas, como si adquirir nuevos saberes fuera un derecho exclusivo del mundo occidental. Pero a su vez, esta actitud proteccionista de Theo nace tras una necesidad de ser la persona responsable de presevar esos valores.

Lo que la película parece señalar aquí es cómo la colonización no solo trajo consigo culturas e idiomas diferentes, sino también prejuicios arraigados. Theo ve como un “peligro” que los indígenas aprendan a usar la brújula, como si adquirir nuevos conocimientos supusiera una amenaza para ellos o implicara una pérdida inevitable de su identidad cultural. Esta mentalidad “proteccionista” de Theo refleja una perspectiva colonizadora en la que las personas occidentales se creen las únicas responsables de descubrir y controlar el conocimiento, estableciendo las reglas del juego y de cómo se debe interactuar con el mundo.

La película invita al espectador a reflexionar sobre la experiencia de la “otra persona” y a cuestionar la idea de que la verdad absoluta pertenece a un solo sector. El abrazo de la serpiente nos desafía a repensar los prejuicios que moldean nuestra percepción y comprensión del mundo, mostrándonos que el conocimiento no debe porque tener barreras ni dueños exclusivos.